martes, 16 de abril de 2013

Represión política. Aitana García Hernández


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Represión política: es la negación de la libertad e impide el ejercicio de los derechos civiles y de libertad política.
 
La represión política suele ir acompañada por violencia. El ejercicio de la violencia pretende ejemplificar el castigo para conseguir el temor en la sociedad, con el objeto de que se reprima a sí misma en el ejercicio de la libertad, que queda así anulada para todos, excepto para quienes ejercen el poder. La violencia política no es irracional, obedece a una ideología y a una política de Estado.
La represión política es en ocasiones es sinónimo de intolerancia política, ideológica, religiosa y social.
Cuando la represión política es sancionada y organizada por el estado, puede desembocar al terrorismo del Estado, genocidio y crimen contra la humanidad.   
Los objetivos de la represión política son varios por una parte busca controlar, a través de la fuerza, a aquellos componentes políticos, sociales, económicos y culturales que podrían obstaculizar la consolidación o perpetuación de un sistema de poder y que atentan contra los intereses de los sectores mas dominantes.  Regular y disciplina el comportamiento de la población; es decir, inducir una determinada mentalidad, también busca infundir miedo, inseguridad, desesperanza y silencio, y generar un “debilitamiento” de la dignidad con el propósito de fragmentar la identidad personal y colectiva. Así rompe con el tejido social.
Dentro de las acciones utilizadas en la represión política se encuentran la amenaza; el amedrentamiento; el hostigamiento; la persecución; la detención y encarcelamiento político arbitrario; la desaparición forzada; la tortura física, psicológica, emocional o sexual; el exilio; la ejecución extrajudicial, y la masacre.

 

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