martes, 21 de mayo de 2013

¿Es realmente mala la represión?


Cuando busco en el diccionario el significado de represión  me lleva a buscar el verbo al que hace referencia, reprimir. Y es aquí donde empieza mi debate interno. En primer lugar, dicho término significa "contener, refrenar, templar o moderar", de momento todo correcto; y en segundo lugar, "Contener, detener o castigar, por lo general desde el poder y con el uso de la violencia, actuaciones políticas o sociales" y es aquí cuando empieza el problema.

Supongo que como todos los conceptos de nuestro vocabulario, la represión puede tener acepciones positivas y negativas. Las mas denunciadas suelen ser las segundas, propias de regímenes políticos no democráticos o como actos que privan de libertad en los diferentes ámbitos de la vida de una persona.

Pero si se realiza un análisis mas exhaustivo del concepto, podemos encontrar situaciones en las que la represión se puede ver como algo positivo. Un ejemplo pueden ser esos padres y madres que se reprimen al no darle un cachete a su hijo por estar en público, ahí la sociedad es la que está actuando como agente represor con un claro efecto óptimo.

En lo que nos concierne a nosotros y nuestra profesión, los trabajadores sociales se tienen que someter continuamente a auto represiones para poder llevar a cabo una buena praxis, aislando así la practica de su opinión, sus creencias o su trayectoria personal.

Es por tanto que debido a la situación actual en la que nos vemos envueltos de forma involuntaria de desahucios, población en paro, crisis económica y demás atrocidades que están ocurriendo vemos la represión bajo una óptica de desprecio y rechazo absoluta a tal practica, pero en mi opinión, no debemos olvidar los múltiples sentidos de un mismo fenómeno.

CRISTINA CONCEJO CERVERO

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