domingo, 26 de mayo de 2013

¿EXISTE LA MUJER PERFECTA?

Actualmente, la imagen juega un papel muy importante en la sociedad. Demasiado.
Los medios de comunicación nos atacan continuamente con imágenes de todo tipo que generalmente es la publicidad para promover sus productos. Y no sólo la publicidad, sino que el cine, la televisión, etc. cumple un rol importante en las imágenes que reproducen. A través de las películas nos muestran modelos de personas ideales, los que luego se estereotipan y se transforman en modelos a seguir. No es casualidad que la mujer perfecta para muchos y para toda la sociedad es la “típica mujer”, rubia alta muy voluptuosa. Esto es por causa del estereotipo que nos ha impuesto la sociedad.
Por otra parte el espectador está continuamente viendo imágenes de estereotipos, creados por la industria cultural, como los modelos de personas que deberíamos seguir para ser felices. Es la propia industria cultural la que nos impone qué es lo bueno o lo malo, y a partir de esto nosotros nos regimos.

Antiguamente al ver a una mujer gruesa era símbolo de riqueza y de salud, lo que se podemos observar a través de obras de arte dejadas por famosos autores de la época como Goya o Quevedo.   Al observar la obra de Rubens ("Las tres gracias") podríamos decir que estas mujeres seguramente jamás se habrían contenido de comer por el hecho de engordar, es mas, es posible que las personas de su sociedad las viera como hermosas e incluso las envidiaran, ya que en aquella época, estaba muy bien visto. Hoy en día no hace falta decir que este aspecto ha dado un giro de 180º.
 
Este es un cambio totalmente drástico, podríamos decir que se ha visto sumamente influenciado por los estereotipos creados por la publicidad y los medios de comunicación sobre la mujer perfecta. Lo cual también ha provocado en la sociedad femenina numerosos complejos de apariencia los cuales conllevan un compulsivo consumo cosmético, obsesiones por las dietas y cierta dependencia a la cirugía, por buscar una perfección inalcanzable creada por los medios de comunicación.
Dicha obsesión por ser como las mujeres presentadas por la publicidad afecta de una manera preocupante en el sector de la delgadez, el deseo de ser igual de delgadas que estas mujeres pensando de este modo que podrían llegar a ser igual que ellas, sin tener en cuenta en ningún momento que dichas mujeres son excesivamente delgadas. Estas obsesiones derivan en la necesidad urgente por adelgazar acudiendo a las dietas y centenares de ocasiones sin necesidad alguna de ello, lo que desgraciadamente en el mayor numero de los casos conlleva problemas alimenticios como la ANOREXIA Y BULIMIA.
 
¿Quién no ha tenido una Barbie?

Yo misma he tenido cientos de Barbies sin saber lo que estas muñecas han podido y pueden llegar a ocasionar. Una de las principales críticas a Barbie es que ejemplificaba un modelo de una mujer perfecta, con unas medidas imposibles y que generaba ansiedad, insatisfacción y
conductas alimentarias aberrantes al ir entrando en la adolescencia las niñas que habían tenido a Barbie como su juguete favorito. La difusión de Barbie es enorme. Se ha calculado que el 90% de las niñas americanas entre 3 y 10 años tienen una Barbie y si tienen una, lo normal es que tengan al menos siete más. En 1971, Matell ajustó sus moldes y la nueva muñeca tenía más caderas y menos pecho pero se la siguió haciendo responsable de los problemas de dietas de las adolescentes occidentales y de la adicción a la cirugía plástica pocos años después. La omnipresencia de la nueva muñeca se asoció con las preocupantes cifras de trastornos de la alimentación en Estados Unidos y en todos los países de su entorno cultural. Según datos recientes, el 2% de las niñas norteamericanas desarrollan anorexia en algún momento de sus vidas, el 15% una bulimia y el 70% se ven gordas. En 1961 el equipamiento de la “Barbie canguro” venía con un libro titulado “Cómo perder peso” que incluía el siguiente consejo: “No comas”. En 1965, otro paquete de accesorios llamado “Fiesta de pijamas” incluía el mismo libro y una báscula rosa que marcaba 50 kilos lo que sería 16 kilogramos menos de lo que debería pesar una persona de su altura.

La obsesión por adelgazar es una realidad en la sociedad actual, estamos invadidos por imágenes de cuerpos perfectos los llamados “90 - 60 - 90” que invitan continuamente a reducir el peso e imitar el modelo.

Hoy en día es prácticamente imposible no verse afectado por la imagen de los medios
con el objetivo de tener un cuerpo escultural y poseer los cánones de la belleza que imperan en nuestra sociedad, cada vez mas personas se ven afectadas por enfermedades de este tipo y cada vez hay mas personas que rechazan a su propio cuerpo, avergonzándose de él. Tenemos que ser conscientes y no dejarnos engatusar... 

Elisa de Toca Zavala


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