ISABEL LUENGO SÁNCHEZ
Hace dos años realicé las
prácticas del ciclo de Integración Social en una Asociación de Madrid que
trabajaba con jóvenes subsaharianos. Todos los chavales llegaron siendo menores
no acompañados. Cuando yo hice las prácticas todos habían cumplido la mayoría
de edad y vivían en los pisos que la Asociación ponía a su disposición para
favorecer su integración. Cada uno de los chicos a lo largo de los años ha ido
obteniendo los permisos de residencia necesarios para permanecer en el país de
manera legal, pudiendo así finalizar sus estudios y conseguir posteriormente el
permiso de trabajo, objetivo principal de la mayoría.
Quiero hablaros de un caso en
concreto que creo totalmente injusto y que muestra un claro ejemplo de la
represión que sufre este colectivo en muchas ocasiones por parte de la Policía,
supuesto "cuerpo encargado de velar
por la protección de los ciudadanos" y del Gobierno Español.
Pape Kane es un chico de 22
años, nació en Senegal y vino a España con 15 años. Para venir a nuestro país
se embarcó en un cayuco durante 10 días
Cuando llegó a Canarias, una Asociación se
hizo cargo de él al igual que de todos los menores que llegaron. Un año después
Pape fue tutelado por la Comunidad de Madrid. Al ser menor obtuvo los papeles
con facilidad ya que era obligación del Estado Español regular la situación de
los menores no acompañados que llegaban a España.
Un día Pape iba caminando y se
encontró con un amigo que vendía CDS en la calle y se paró a saludarle. En ese
instante dos policías que iban de paisano les pidieron los papeles, y el amigo
de Pape intentó huir, en ese momento los policías se lanzaron sobre él y lo
retuvieron en el suelo. Pape no pudo ver cómo agredían a su amigo, porque sí
por lo visto para poder retenerle “tuvieron” que emplear la fuerza, e intentó
apartarles de su amigo. Finalmente se llevaron a los dos detenidos. En ese
momento Pape ya tenía 18 años y fue imputado por agresión. La declaración de
los policías exponía que Pape les agredió cuando él simplemente intentó
separarlos de su amigo. Debido a este incidente Pape perdió los papeles con lo
que todo ello conllevó. Desde el año 2009 Pape permanece en España de manera
irregular, es decir, desde el 2009 Pape vive con el miedo en todo momento de
poder ser detenido, sin poder obtener un contrato laboral por lo que ha tenido
que inevitablemente participar en la economía sumergida. Desde principios de
año no puede acudir al médico ya que no dispone de tarjeta sanitaria.
Hace unos meses se fue a vivir
a Valencia ya que como me dijo, allí tiene algún familiar. Hará un mes me contó que un día por la calle le
pidieron los papeles y como no los tenía se lo llevaron para comisaría. Me comentó que se resistió y en el
forcejeo perdió las zapatillas y así permaneció durante tres días en el
calabozo, totalmente descalzo. Cuando le sacaron de allí tras los tres días de
arresto le dejaron en la puerta sin zapatillas y sin un céntimo, por lo que
tuvo que andar descalzo hasta su casa y con una orden de expulsión. Así es como
la policía “el cuerpo encargado de velar
por la protección de los ciudadanos” cuida de nosotros, ¿O es que acaso un
chico subsahariano que lleva siete años
viviendo en España no merece protección? No lo puedo entender.
Cuando
me contó aquello no podía evitar alucinar. Días más tarde me llamó para decirme
que se marchaba a Italia, que estaba muy preocupado por si le volvían a parar
por las calles de Valencia, pues sabía que la próxima vez que le detuvieran era
para llevarle para Senegal. Me comentó que allí tenía una amiga especial que
podría ayudarlo. Tenía miedo de ser registrado y por consiguiente detenido en
el aeropuerto, pero no encontraba otra opción. Para viajar le pidió los papeles
a un amigo, más concretamente el NIE, ya que como él dice, aquí muchas veces no
somos capaces de diferenciarlos por una foto. Bueno, Pape decidió marcharse, me
dijo que me llamaría cuando llegara, pero eso no ocurrió. Estuve muy preocupada
por él. A los 4 días me llamó y me contó todo. En el aeropuerto ya casi
haciendo cola para coger el avión, dos policías nacionales le pidieron los
papeles. Nunca jamás dentro de un aeropuerto la policía me ha pedido los
papeles, tampoco en Senegal cuando estuve allí hace poco más de un año…El caso
es que descubrieron que no era él el de la
foto y lo detuvieron. De nuevo tuvo que
pasar unos días en el calabozo. De la comisaría le llevaron al juzgado. Allí
tuvo que verse la cara con el Juez. Pape sabía que eso significaba su vuelta a
Senegal, aquel país que dejó hace 7 años, donde la vuelta no tendría ningún
sentido, ninguno más que dejar atrás sus sueños…Perdería cualquier posibilidad
de seguir estudiando algo que siempre ha querido volver a hacer cuando
recuperase los papeles, o cualquier posibilidad de ser cantante de Rap, cuando
aquí ya ha grabado una maqueta, ha realizado conciertos, ha estado en más de
una emisora de radio…Pape me llama muchas veces llorando y me pregunta por qué
su vida es tan difícil, por qué Dios no le quiere, y se pregunta qué habrá
hecho para merecer todo esto….
Allí
delante del juez no pudo evitar derrumbarse y pedirle que no le llevaran para
allá, le contó todo lo que le había ocurrido y parece que el juez mostró algo
más de sensibilidad que algunos de los policías con los que se había encontrado
hasta ahora. Le dejó libre aunque le dijo que debería acudir a comisaría una
semana después. Eso no ha pasado pues
aunque no se lo dijeron, Pape sabe para lo que es, así que ahora mismo está
en busca y captura. Un chaval con 22 años, que hace 7 años arriesgó su vida en
un cayuco durante 10 días, de los cuales los últimos 5 días ni bebió ni comió
nada ya que eran unas 100 personas y se habían quedado sin provisiones. Un
chaval de 22 años que una vez aquí no ha
hecho otra cosa que intentar ganarse la vida de la mejor manera posible.
Un chaval con mil ilusiones que sólo quiere poder vivir como cualquiera de sus
compañeros, con un trabajo honrado, con su pareja e incluso formar una familia,
pero parece que alguien no le deja…
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